domingo, 22 de abril de 2018

ATORMENTADA



Se alzan las murallas de la injusticia, del rencor y del recelo  y nos cortan el paso hacia el azul que ni siquiera podemos adivinar. Amontonan pesadas cataratas, diluvios de venganzas.  Hijas de las mismas olas sobre las que se yerguen.  Hijas del egoísmo y de los miedos.  ¡Tanto llanto latente y silenciado! ¡Tanta furia amordazada! Hace mucho que taparon el sol;  alrededor y por encima de ellas,  todo es lóbrego.
Pero desde abajo, desde lo íntimo, desde la cueva en la que se refugia el alma, un reflejo pálido habla de… ¿rebeldía y esperanza?  Y va trepando por la ladera, sueño asustado, pero valiente.
¿Cuánto falta para que pueda liberarse? ¿Cuánto para que arraigue en cicatrices sanas? ¿Cuánto para que llueva, dulcemente sobre los sueños rotos y caigan derruidas las murallas? Entonces se abrirá un horizonte azul y renovado; y alzará su vuelo, asida a un barrilete.

Enlace: ATORMENTADA

No hay comentarios:

Publicar un comentario