En
el atardecer, la selva de helechos brillantes y majestuosos llovía luces
húmedas. Caín y Abel, los dos cachorros de dragón, jugaban al tute. Caín era
siempre el tallador; mezclaba los naipes y se relamía ordenando las cartas a su
favor. No siempre ganaba, a pesar de sus mañas. La semana anterior habían
jugado por la sonrisa del Eterno, y Abel había ganado.
Hoy decidieron jugarse el turno para compartir la
yacija de Awan. La dragoncita no sabía nada de su papel en el juego, y siguió
durmiendo rodeada de mariposas.
Un escarabajo diligente limpiaba el terreno y
Caín lo pateó. El bicho quedó patas arriba lejos de la bolita de desperdicios Abel
lo puso otra vez panza abajo, cerca de su basura.
Caín no dejaba de calcular; y Abel, que se aburría,
siguió admirado, el quehacer del escarabajo. Tanto, que se fue gateando detrás
del bicho, ¿Presentiría su futuro de muerte y resurrección?
Caín decidió repartir los naipes truqueados… Allá
lejos, Abel reptaba hacia el ocaso, emulando al escarabajo.
“A la ocasión la pintan calva”…
Por las dudas, Caín llegó y los pisoteó hasta enterrarlos debajo de los naipes. Luego
volvió por el trofeo; la suerte estaba echada.
También la de Awán: engendrar dragones
aburridos, lujuriosos y avarientos que desgastaran la Tierra, mientras los
dragones laboriosos la iban regenerando.
Caín no mató a Abel; lo empujó a su propia
resurrección eterna… Según los antiguos egipcios, creo… ¿O estaba en la Biblia?
—¿…?
—¡No lo sé! ¿Venimos de los dinosaurios?
No sé si venimos de los dinosaurios,pero sí que tienes una imaginación fabulosa. Encantada de leerte, Beba, un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias , Lola. Un placer.
Eliminar¡Hola Beba! Qué chulo el micro. Muy original la idea de contar la historia de Caín y Abel como si fueran dragones. E interesante giro final en el que Abel logra sobrevivir. Tienes mucha imaginación.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Rocío.Muy amable
EliminarHola, Beba. Antes que nada, advertirte que en este relato se te ha colado alguna frase de otro relato. Además te has excedido en 101 palabras de las 250. Te lo digo porque tendrías que corregirlo para la publicación de la revista. En cuanto al relato en sí, original y lleno de humor especialmente en ese final. Un abrazo.
ResponderEliminarHpla, Isan. Muchas gracias por tu acompañamiento. Ya mismo arreglaré lo que me señalas.
EliminarUna imaginación muy loca la tuya. Te quedó un relato de lo más filosófico rematada con esa pregunta final : ¿Venimos de los dinosaurios?
ResponderEliminarAbrazo.
Muy honrada con tu comentario, Francisco. Gracias.
EliminarLa imaginación al poder, desde luego, con ese doble juego de los dinosaurios y el episodio bíblico de los hermanos.
ResponderEliminarHola, Tara. Muchas gracias.
EliminarMuy bien planteado, Beba. Genial la interpretación que nos cuentas del mito de los dos hermanos bíblicos. Muy original.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, Carmen. Muy amable.
EliminarHola... imagino que si no se hubieran extinguido y actualmente fueran super evolucionados, esa sería parte la historia religiosa de los Dinosaurios Ja ,Ja ¡Saludos!
ResponderEliminarHola, Octavio: Lo bueno de acercarse a los mitos es descubrir los recovecos de la condición humana... para que no nos tomen desprevenidos sus cambios bruscos. Muchas gracias.
EliminarMe gusta esta versión en que Caín y Abel son dragones. Y el regreso a la vida de Abel. Creativa versión de un conocido mito.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Demiurgo. Es lindo saber de las raíces universales y jugar con ellas, para conocernos mejor...o relajarnos un poco. Gracias
ResponderEliminarHola, Beba. Un despliegue de imaginación y, además, divertido! Me gustó muchísimo. Un abrazo
ResponderEliminarJuro que había comentado como "anónimo", pues así me tuvo Google casi todo enero. Ahora no encuentro mi comentario y vi que te ha pasado lo mismo con mi micro. Pero aunque pongan trabas a nuestra comunicación, lo lograremos!! El micro me encantó y aunque no recordaba el relato escrito para Literautas, tu comentario me retrotrajo a aquellos tiempos en que nos conocimos. Siempre es un placer leerte Beba. Te extrañaba- Un abrazo
ResponderEliminarSiempre existirán (por suerte, o no...) quienes arrojarán mierda al mundo con sus actos, en contrapartida, los que lo regeneran. En constante movimiento de juego. Muy bueno lo de Abel, la muerte da la mano a la vida, con lo cual, depende la interpretación, él, pasó a la eternidad. No sé si interpreté bien, pero leí mucha introspección.
ResponderEliminarbeba, a tu relato le he encontrado metáforas muy sabias de vida. Me ha encantado el tono divertido con el que has utilizado palabras junto a los personajes. Y cómo nada se sabe con certeza; ahí nos dejas la pregunta clave. ¿De dónde venimos realmente? Felicidades.
Un abrazo agradecido!
¡Ja, ja, ja,! Beba lo has logrado. Has descrito el mundo de la confusión de una manera tan linda. En tu cuento los helechos son brillantes y llueven luces húmedas..., pero ya se siembra el mal que se ha ido engrandeciendo hasta nuestros días. Me ha encantado leerte de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo!
Ese par de hermanos son incorregibles, el uno ganadero el otro agricultor.... deberian ayudarse un poco mas
ResponderEliminarHola, José. ¿El ganadero se solaza con sus ganancias, mientras el agricultor abona la tierra sin pesticidas? Ja, ja. Ja. Gracias,
ResponderEliminarHola Beba, esos dos siembre sembrando problemas, porqué será que siempre andan uno en contra de lo que hace el otro.
ResponderEliminarHas contado unas escenas muy acordes con lo que narras, mucha imaginación la tuya, jejeje.
Un abrazo
Puri
Hola, Beba. Menuda ensalada de mitos nos presentas en tu micro tan bien aliñada y hasta graciosa.
ResponderEliminarSaludos.