jueves, 21 de marzo de 2024

El eterno frustrado

 El segundo obituario

Sí; yo escribí el segundo obituario cuando murió el Guille Borelli. Vecinos de casa por medio resultamos antagónicos y hasta enemigos. En el secundario me trataba como a un infeliz y encabezaba los corrillos para hacerme pisar el palito con alguna tontera; y al coro de obsecuentes se sumaban las mellizas, Graciela y Susana, preciosas, inteligentes pero más malas que las arañas; se fingían enamoradas para reírse de mí, pero jamás me invitaban a sus fiestas. Al final, Graciela se casó con el Guille, y Susana se quedó soltera sin ningún apuro; como empresaria exitosa, no quería compromisos.

Yo entré como periodista amateur en el diario del pueblo que publicaba mi tío. Los tenía siempre en la lupa para marcarlos como sospechosos de algo insólito. Pero el tío no me publicaba nada que pudiera crearle problemas, y menos si no estaba muy bien documentado. Dos notas brillantes que pergeñé sobre la conducta de sus hijos o de su cuñada aterrizaron en la papelera de reciclaje en medio de la furia de mi jefe.

A punto de pasar a planta como encargado del escobillón, ocurrió el accidente que le costó la vida al Guille. Entonces vi los cielos abiertos: redacté el falso obituario de la amante “Susana” y lo colgué en la página de trabajos de impresión para la siguiente tirada. Antes de éste se encontraba el que habían mandado publicar Graciela y sus hijos. Mi confiado compañero volvió del baño y siguió trabajando sin percatarse de nada; aquí, yo también era una cucaracha kafkiana, invisible e indeseable.

Pero nadie tomó en cuenta la publicación adulterada; en el apuro omití escribir el nombre del difunto… A pesar de la coincidencia cronológica, ¿quién no tiene una amante? ¿por qué no puede llamarse Susana?

Sí; aquí estoy yo, el eterno frustrado; ni siquiera tengo una amante que se llame Susana.

domingo, 11 de febrero de 2024

Historia de cuatro preciosas polleras


Esta soy yo, a los ocho o nueve años, acompañando a mi tía, LA MODISTA, a “La Moda” la mercería en donde se nutrían mis cuentos de hadas.

­—Buenos días, señorita Segunda­—saluda con voz untuosa y varonil, el señor Pérez, dueño de la mercería (y del corazón de mi tía, según las malas lenguas…)

—Hola, nena.

—Bebita, contestale al señor… ¡Ay, esta chiquita!

 

Pero yo ya no era Bebita. Era una loca soñadora perdida. Me extasiaban las paredes llenas de botones, y mis fantasías caminaban por esos caminitos de hueso o de nácar, (o de oro y plata… ¿por qué no?) ...Era como un sendero misterioso… luminoso.

Revoloteaba como una mariposa, de unos a otros botones, que, para entonces, ya eran como flores en el campo. Y me posaba en la puerta de la vitrina donde lucían las muestras de cintas, puntillas y elásticos: rositas rococó, zig—zags multicolores, bebé, cinta patria, fayetina, raso… Rosa y celeste, nena o varón, broderie, casamiento, primera comunión, los quince…

A mi alrededor, seguiría la bulla de los “buenos días, señora”, “cómo está, don Pérez”, “hola, Segu”, “estas cintas son muy caras, don Pérez…”

Yo ya no era mariposa. Era un ratoncito que asomaba el hocico entre las perchas de pañuelos de colores y estolas de seda… Y de pronto, ya no ratoncito, sino princesa encantada, envuelta en ese torbellino de elegancia fresca.

Y, de pronto, mi propia inspiración: “esta cinta cordonét blanca y este hilo de bordar, amarillo huevo”…

—Tía… Mirá qué bonito para bordar margaritas en una pollera azul.

—Qué buen gusto, nena—comenta don Pérez.

—10 metros de cordoné, 10 madejitas de hilo amarillo…

Y ese otoño, mis cuatro hermanas y yo, estrenamos las preciosas polleras…

Homenaje a mi tía, Segunda Pereira Calvo,

 la modista afamada de nuestro pueblo…

 La mano derecha de nuestra mamá…

y el hada buena de nuestros sueños.

viernes, 5 de enero de 2024

NOCHE ESPECIAL



DE PIE MIRANDO EL CIELO
En lo alto de la noche se deleitan
Con la magia chispeante
Los tres Magos.
Y gozan tanta luz, sin desviarse
De  La Estrella Especial que los fascina
Y que marca sus pasos.
Sabios son, porque la van siguiendo
En busca del porqué de tanta magia.
Porque siguen su viaje esperanzado
Pese al sol, o a las nubes que la tapan.
***
Ya está cerca Belén, según sus cálculos.
Los camellos cansados se han dormido
Al borde del oasis.
A esta hora, en brazos de sus padres,
Mirando las estrellas,
Algún Rey Pequeñito está llamándolos.
***
Noche de Reyes Magos…
Magia de sueños que vamos siguiendo
Y que vemos brillar cuando ponemos
Zapatos de esperanza, en nuestra puerta…
Y nos quedamos un ratito más,
De pie, mirando el cielo.
B. P 2022