PAZ
Casas sin jardín… pero arboladas…
Arrullos de palomas
en las copas de los árboles altos y redondos…
Campanas de la Iglesia, dando el Ángelus…
Ya ha caído la tarde de verano
y se prenden estrellas y faroles…
¡Y a regar la vereda!…
Que esté fresco
para juntar vecinos en las reposeras,
en la noche brillante del verano;
¡¡Piedra libre!!… ¡¡Golazo!!… Faroleraaa
Calle empedrada… Traqueteo…
Rodillas remendadas…
Tremendos arbolazos, protectores
en las siestas,
y torres desafiantes por la noche,
para trepar sin miedo y esconderse…
o transformarse en príncipe valiente,
o en doncella embrujada.
Tiempo de paz sencilla y sosegada...
en las noches puebleras de mi infancia.
Hola, Beba, me has llevado al pueblo en el que nací y pasé mi infancia. Cuando caían las tardes veraniegas, las mujeres regaban las portadas, los vecinos salían al fresco y, sentados, hacían su tertulia. Los niños corrían con las rodillas remendadas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querida María Pilar. Me has dado un alegre despertar. . Gracias por leer y evocar estas cosas nuestras. Un abrazo.
Eliminarespectacular!!
ResponderEliminarespectacular!!
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