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sábado, 8 de julio de 2023

Paradoja


Desde que te fuiste estoy tan libre como desorientada. Tengo todo el mundo delante de mí: todas las horas, todos los destinos, todos los proyectos… Son tantas las posibilidades que me enredo en un ovillo multicolor como si fuera un gatito. Y como él, ruedo por  la casa, por la biblioteca, por la guía telefónica, sin hacer nada, sin llamar a nadie.                                                                                                                                                               Y es que nunca construimos fuera de nuestro microcosmos.                                                                                
Desde que te fuiste me ahoga el espacio abierto,  y me desconcierta este “medio yo” que soy ahora; porque vos eras la otra mitad.                                                                                                                                            Y me siento como una bolsa de harina que voló desde un camión cargado de otras bolsas y se está desparramando sin sentido en medio de la carretera. La harina vale cuando se impregna de algo tan distinto de ella como el agua, y nosotros sólo nos hemos impregnado el uno del otro… ¿O tampoco? ¿Hemos transcurrido, permanecido, con los ojos cerrados, sin agitarnos uno al otro, sin amasarnos para poder leudar, sin invitarnos  a saborear  y alimentar la vida?                                      Desde que te fuiste,  descubro que soy y que estoy llena de incertidumbres; me levanto y lloro; y empiezo a desanudar mi ovillo.





domingo, 22 de abril de 2018

ATORMENTADA



Se alzan las murallas de la injusticia, del rencor y del recelo  y nos cortan el paso hacia el azul que ni siquiera podemos adivinar. Amontonan pesadas cataratas, diluvios de venganzas.  Hijas de las mismas olas sobre las que se yerguen.  Hijas del egoísmo y de los miedos.  ¡Tanto llanto latente y silenciado! ¡Tanta furia amordazada! Hace mucho que taparon el sol;  alrededor y por encima de ellas,  todo es lóbrego.
Pero desde abajo, desde lo íntimo, desde la cueva en la que se refugia el alma, un reflejo pálido habla de… ¿rebeldía y esperanza?  Y va trepando por la ladera, sueño asustado, pero valiente.
¿Cuánto falta para que pueda liberarse? ¿Cuánto para que arraigue en cicatrices sanas? ¿Cuánto para que llueva, dulcemente sobre los sueños rotos y caigan derruidas las murallas? Entonces se abrirá un horizonte azul y renovado; y alzará su vuelo, asida a un barrilete.

Enlace: ATORMENTADA

lunes, 2 de abril de 2018

ARIADNA



Despierto del dolor  y el abandono
 en la arena mecida por las olas
del  mar, y me decido:
No  esperaré a Teseos ambiciosos
que,  por matar al monstruo, me destruyan
y me entreguen, sufriente, abandonada,
al eterno capricho de la muerte;
a  estos dioses arcaicos que se visten
de  mágica y divina providencia
para saciar pasiones y soberbia.
Armada de un  ovillo de intuiciones,
de  ensueños, de saberes  que percibo ciertos,
ato el hilo a las piedras de la vida
y  me lanzo  hasta el fondo de mi cueva:
oscuro laberinto  de temores, prejuicios…  
y de ensueños.
Me dejo ir  entre los vericuetos
decidida  a adueñarme de mis miedos.
A veces, suavemente, se desliza el hilo;
otras, se anuda en cicatrices de experiencias muertas.
Si hace falta, lo corto con cuidado, lo anudo nuevamente…
Y sin moverme de la playa ardiente.
Firme, con el ovillo entre las manos,
ilumino  mi propio Minotauro,
mi hermano, al fin y al cabo.
Voy a hacerme su amiga, a alimentarlo
de sueños nuevos, de mis fuerzas nuevas,
de mis recién nacidas libertades…
  Ya nunca más del sacrificio cruento
de mi vida cautiva y pisoteada.

(Para Reto 108 de Territorio de Escritores. ¿Quién mueve los hilos?Ariadna

domingo, 11 de marzo de 2018

Aquí y ahora (2016)


(Para Territorio de Escritores- 2016)
Cuando leí “Autorretrato”, corrí a esconderme detrás de mi armario de paradojas: timidez y audacia; humildad y  soberbia…   Finalmente, después de alinear mis chakras, decidí sumarme al reto.
Me autoanalizo mientras busco mis anteojos. En la maceta de clavelinas, no. En el piano, no. ¿En la heladera? ¡Sííí!… ¡Y también el mate! Por suerte lo encontré antes de prepararme a cebar.
Bueno. Es normal, a mis agostos, tener la memoria errática; y este es un rasgo notable de mi retrato.
Aquí va otro: Salgo a la calle con la misma ropa que usé para arreglar el jardín: bermudas, musculosa y ojotas; y con el mismo despeinado que maduró en ese proceso; total, voy hasta el almacén de la esquina… Después, seguramente,  omitiré maquillaje y  peluquería antes de ir a una reunión social.
Me presento: Soy maestra y artista.  A lo largo del camino aprendí a leer, a cantar, a tocar el piano y la guitarra, a escribir literatura. Fui maestra desde los dieciséis años; me jubilé hace veinticinco; y sigo dando clases en Centros de Jubilados. 
Soy única, como cualquier otro mortal, pero me encanta la complementariedad, que se va haciendo a fuerza de arriesgarse a “meter la pata” y sacarla sin salpicarse;  en los “gracias” y los “perdona” que van pasando por la vida.
Ella me ha ido dando mil oportunidades de ser buena persona. La más importante, mi familia de origen, numerosa, luchadora y disciplinada. La otra, paradójicamente, el desastre argentino del “Proceso”, que me puso de cara ante la responsabilidad política y las decisiones personales maduras. Y, finalmente, mi queridísimo marido, tan diferente y tan indispensable. Hace cuarenta y dos años formamos nuestra nueva familia. Tenemos tres hijos y dos nietitos. Realmente, nos amamos.
Creo que soy, ante todo, honesta; le hago mucho caso a mi conciencia; es lo que me quedó de la estricta religiosidad de mis padres.
Mi aprendizaje y mi enseñanza más valiosos: observar y esperar mi turno para hablar y enseñar.
Algo lindo y frecuente es este whatsapp: “Abu, cantanos un cuentito tuyo”.


Mirándome


(Texto redactado en 2016, para Territorio de escritores)
Soy una viejita distraída y bastante sorda que pierde los anteojos y los encuentra en la heladera; que se enreda con el teclado del celular, y no tiene problemas para ir vestida como quiere y despeinada a donde se le antoja. 
Y que no sabe de un gozo más grande que este frecuente whatsapp: “Abu, hacenos un cuento para cantar, que vamos esta tarde a tu casa.”
Bien; por lo menos soy realista.
Al objetivo, entonces: autorretrato
Soy una linda planta que ha crecido a fuerza de “adelantes”, “permisos”, “disculpas” y “muchas gracias”. 
Lo mismo que cualquiera, soy única, mortal y perfectible. Mi sueño de inmortalidad está en los frutos del árbol de mi vida; y no hay árbol si no hay fecundación, contacto; si hay demasiadas piedras de caprichos, y demasiados yuyos de pereza. 
Creo que lo mejor de mí, es la voz de mi conciencia; ella regula mis impulsos y me da energía para seguir creciendo.
Me defino maestra y artista; tal vez las dos palabras suenen a soberbia, pero son verdades. He sido y soy docente de por vida; pero fui modelando los ímpetus de rehacer el mundo a mi manera; a veces no fue fácil, pero aprendí a escuchar, a observar, a esperar los tiempos y las ilusiones de los otros; a rechazar la violencia y a aceptar que existe lo imposible..
Y soy artista, porque soy creativa: pongo mi voz en la música, en las letras, en el jardín, en la cocina… y en el amor a mi familia: mi marido, mis hijos y mis nietos.
Así voy abriendo desagües en mis propias macetas, para que no se ahoguen mis raíces,Mirándome

jueves, 8 de febrero de 2018

Gabriela


Desde niña disfruté los poemas de Gabriela Mistral; finalizando el secundario supe de su notable carrera como pedagoga y de su añoranza de la maternidad que le negó la vida. Me permito, entonces, jugar un poco con su biografía: inventar episodios, re interpretar lo que puedo saber de ella en la Red, y recrear una Gabriela que quiebra mi voz cuando les canto a mis nietos: “Es verdad, no es un cuento/ hay un Ángel Guardián/  que te toma y te lleva como el viento/ y con los niños va por donde van”.  

Toda la tarde, Lucila había jugado  a la ronda con sus vecinas: “Aserrín aserrán/ piden queso, piden pan”. Las hojas del otoño modulaban en medio del ritmo infantil.
Pero ya era hora de entrar a casa; pronto haría frío.  Anochecía y empezaban a titilar las estrellas.  El canto infinito de las olas llegaba mortecino desde la playa cercana. A través del vidrio cerrado, ella miraba el cielo bordado de luces e improvisaba canturreando:
“Los astros son rondas de niños/jugando la tierra a espiar...
Los trigos son talles de niñas /jugando a ondular..., a ondular...
Los ríos son rondas de niños/ jugando a encontrarse en el mar...
Las olas son rondas de niñas /jugando la Tierra a abrazar...”
Mamá escuchaba desde la cocina:
 —¿Quién canta? —preguntó. —¿Lucila o Gabriela?.
Era el juego de todas las noches; Lucila inventaba poemas y canciones y mamá los escribía en un cuaderno precioso, lleno de flores y haditas. En cuanto Lucila aprendiera a escribir, lo haría sola.
 ¿Y por qué Gabriela? Lucila había elegido su pseudónimo: Gabriela, la mensajera;  y la mamá había sugerido Mistral, para el apellido. “Mensajera del viento”, explicaba Lucila a su familia; “el Mistral es un viento molesto y frío, pero suena bonito”.
Lucila vivía una infancia feliz; no la envanecía su talento; jugaba, trepaba, corría; se sabía amada y mimada por la vida.
Pasaron los años. Empezó a publicar y el mundo aplaudió su poesía clara, elegante y alegre. Y jerarquizó su pseudónimo: “Es Gabriela, por el italiano Gabriel  D’Annunzio, y Mistral, por Fréderic Mistral, poeta occitano”. ¡No importa! Su voz siguió corriendo como el viento, llena de mensajes claros y emotivos.
Un día llegó  el amor; después,  la esperanza frustrada de un hijo; y el desencanto y el suicidio del amado.
Desesperada, Lucila estaba sepultando a Gabriela…  Lucila se resistía al paisaje sereno de sus versos.
Pero todo tiene su tiempo para madurar; un día, el dolor floreció en poemas.
Y entre lágrimas, algunas rabiosas, otras nostálgicas, muchas esperanzadas, le escribió a la muerte, al vacío (“El viento hace a mi casa su ronda de sollozos/ y de alarido, y quiebra,/como un cristal, mi grito”) ; a los niños de pies descalzos (“Piececitos de niño, /azulosos de frío, /¡cómo os ven y no os cubren, /Dios mío!”);   al  hijito que se acurrucaba en sus recuerdos y al que sentía latir en cada niño (“¡Un hijo, un hijo, un hijo! /Yo quise un hijo tuyo y mío/, allá en los días del éxtasis ardiente, /en los que hasta mis huesos temblaron de tu arrullo /y un ancho resplandor creció sobre mi frente”)…
Gabriela Mistral vivió intensa y serenamente su solitario periplo: audaz  pedagoga autodidacta, embajadora, literata; primer Premio Nobel de Literatura para una mujer latinoamericana.  
Cuando repaso su historia o me estremezco con su luminoso sentir,  digo con Bécquer: “Poesía eres tú”.


lunes, 30 de octubre de 2017

¿Y después qué?


Nadie se pregunta “y después ¿qué?” mientras trepa, mochila al hombro, en busca de maravillas, entre amigos y canciones; ni cuando arde el ‘fogón’ y la música guitarrera sube en el humo, hasta las estrellas.  
Nadie se pregunta “¿y después qué?” ante un árbol rebosante de mandarinas; todos saben que se van a acabar y las disfrutan a pleno: comiendo, oliendo, mirando.
Nadie se pregunta “¿y después qué?”, en el primer beso, en el hijo recién nacido, en los cumpleaños felices.
Somos tan, pero tan felices… Y entonces chocamos…
Duda, enfermedad,  traición, soledad, violencia…  Sólo el dolor nos vuelve demandantes de respuestas.  Cuando la vida duele,  recordamos que también es invierno y desamparo, guitarras rotas y versos pisoteados. 
“Después qué” es  un fantasma tenebroso que agita sus cadenas. Si le preguntamos a él,  sacudirá su manto oscuro y sembrará pesadillas.
¿Y entretanto  el Amor?  Como el fuego en las piedras, chispea cuando chocan la realidad y la Esperanza.


martes, 16 de agosto de 2016

http://mundoconsciente.es/kintsugi-el-arte-de-hacer-bello-y-fuerte-lo-fragil/
Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro. Creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.
El arte tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado, luego, con polvo de oro, se llama Kintsugi. El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza. El kintsugi añade un nuevo nivel de complejidad estética a las piezas reparadas y hace que antiguas vasijas pegadas sean aún más valoradas que las que nunca se han roto. Kintsukuroi es el término japonés que designa al arte de reparar con laca de oro o plata, entendiendo que el objeto es más bello por haber estado roto. En lugar de considerarse que se pierde el valor, al reparar la cerámica se crea una sensación de una nueva vitalidad. Dicho de otra forma, el tazón se vuelve más bello después de haber sido roto y reparado. La prueba de la fragilidad de estos objetos y de su capacidad de recuperarse son lo que los hace bellos.
Llevemos esta imagen al terreno de lo humano, al mundo del contacto con los seres que amamos y que, a veces, lastimamos o nos lastiman. ¡Qué importante resulta el enmendar! Qué importante entender que los vínculos lastimados y el corazón maltrecho, pueden repararse con los hilos dorados del amor, y volverse más fuertes.

miércoles, 27 de julio de 2016

Feliz Día de la Madre

Lo mejor de mi vida es mi familia: la que me hizo mamá y abuela. Y la que me preparó desde que nací, para serlo...
Lo mejor de mi vida son las cosas que hago pensando en la alegría de amarnos.
Para todos ustedes, que vienen de una madre, de una familia, de un Dios Creador y Amoroso; y que son creadores y soportes de LA VIDA, con alegría y generosidad ... FELIZ DÍA DE LA MADRE..

viernes, 22 de julio de 2016

La Gioconda

 Mi pobre Giocondo... tan viejecito, y convencido de que yo soy yo y de que el niño es suyo. ¿Y quién soy yo? Soy un rompecabezas de amadas y amados del genio, de Leonardo; tanto es así que nos lleva a todos en su equipaje cuando viaja. Reconozco mi cara y mi sonrisa esquiva; soy el "mejor de sus amigos", de los que "no se muestran, por decoro"... El pedazo de la barriguita incipiente es de Lisa, que se apuró en agasajar a Juliano de Médicis; por suerte Giocondo, viudo, necesitaba una buena madre para su hijito huérfano, y ella Lisa Ghirardini fue especialmente fiel y responsable.Se merece haber heredado el apellido. Ni siquiera soy simétrica; tampoco el paisaje en donde me ubicó. Somos síntesis; somos ejercicios de diseños y pintura esfumada. De Florencia a Roma, de Roma a París, Leonardo no nos abandona: somos sus amores, no importa quiénes seamos.Él nos amó hechos tema y color. nuestras manos (no, "mis manos") llaman al placer misterioso y sosegado. Los humanos se quedaron estudiándonos.

domingo, 29 de noviembre de 2015

El Lápiz Mágico y La Vida




Versión ampliada de “El lápiz mágico” (En Literautas, nov. 2015)

    I-  Algunos de los mejores momentos de mi vida transcurrieron en los Campamentos de Jóvenes Cristianos, en Los Gigantes, (Sierras de Córdoba). Comenzaban los años 60. Durante diez días se alzaban las carpas para el grupo de cincuenta  chicos y chicas; disfrutábamos de una sana amistad y vivíamos en un sereno y organizado régimen scout.  Ya era un milagro un campamento mixto, con un cura que no usaba sotana, nadaba entre todos nosotros,  y nos hablaba de un Dios que nos quería libres y responsables.  Reflexiones, fogones, caminatas y escaladas, tardes de río… y “la espera del sol”.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Don Quijote.

Hoy recibí  un excelente  envío "Don Quijote a trote PPS" ¡Qué pena que te lo "enchufen" en el secundario sin cuentagotas! Así "picoteado" e ilustrado es como impacta y mueve a pensar, aunque mantenga el lenguaje y estilo. El Quijote es como una Biblia; a ella la han traducido y adaptado (Vulgata. Latinoamericana), y hay que leer y masticar pedacitos; igual que todo texto sagrado de cualquier origen. 
Lo importante es ponerlo en el propio corazón, en lo cotidiano.

jueves, 3 de septiembre de 2015

miércoles, 26 de agosto de 2015

lunes, 29 de junio de 2015

Micros del Paraíso: Historia de una historia



 Historia de una historia                                                 

Se había esmerado en mil detalles para hermosear y redondear la historia.

lunes, 22 de junio de 2015

Día del escritor


Dia del escritor. Capote

"Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras" de Truman Capote.
"Todo se hunde en la niebla del olvido. Pero cuando la niebla se despeja el olvido está lleno de memoria" de Mario Benedetti

sábado, 20 de junio de 2015