De maldiciones y soluciones (Cuento en dos tiempos)
Siglo XIV
Escuchad todos, amables señores, para que
acerquéis esta historia a vuestros hijos. En ella hallaréis esparcimiento y
lecciones de vida, que madurarán en los sueños del reposo.
Éranse que se eran, / un píncipe embrujado por la envidia/ de una bruja. /Y una princesa, su esposa, /transformada en mariposa/ por cierta hada piadosa, /
(ya lo sé, son muchas "osas"; perdonadme este desliz) /
que la ocultó del hechizo/ para estar
cerca, al instante /en que este se rompiera /con un beso de mujer; /y
así ser ella, la única/ que lo hiciera volver. /
Y ¿Qué hechizo fue aquel?/
El príncipe
fue hecho sapo, / espantoso, verrugoso, / y asqueroso de oler, / porque estaba en una
charca, /podrida a más no poder.
Eso sí, no sufría demasiado... /Con tanta saña,
la bruja olvidó cuidarle la mente y el corazón, /
y era totalmente un sapo:
No sólo tenía cuerpo y lengua de sapo, sino también cerebro de sapo. Todo estaba bien, mientras hubiera mosquitos, y alguna sapa… (Sin duda, me comprendéis)
Y la dulce mariposa/ esperaba entre el
follaje, / asistida por las hadas/ para no morir de amor.
Aprended, pues, desde aquí como el amor
de los esposos, libera de la injusticia de este mundo pecador.
Y ... Sí... Menos moraleja, /que faltan
el nudo y el desenlace... ¿No?
Caramba... me he adelantado unos siglos,
pero así es. Todo cuento ha de tener, inicio conflicto y resolución.
Ya veo que os aburrís y que deseáis un
buen vino, y escuchar una canción.
Yo dejo paso al progreso.
Otro vate más pulido completará mi lección...
Siglo XIX
Entre las sombras del follaje,
bailoteaban rayos multicolores. ¿Se divertía el sol? ¿O las hadas estaban
jugueteando con los dados de la Suerte, para reprender, o premiar?
Varias veces relampagueó el sol sobre
la lengua del sapo que estaba en la laguna. La cacería de moscas le estaba
resultando fructuosa. Por lo menos no le faltaba comida.
La maldición no pesaba demasiado sobre su
lomo verde y verrugoso
Entonces llegó Susanita, pedaleando feliz. Era una
niña de diez años y amaba los cuentos de hadas.
Sintió mucho asco viendo al sapo en el
agua cenagosa, lengua va y lengua viene, comiendo bichos y moscas.
En seguida pensó en el
príncipe maldecido por las brujas, y se sentó al borde del estanque
a esperar el resto de la historia; ahora sentía, casi a ciencia cierta,
que era un príncipe. Y que lo había maldecido una bruja maligna, envidiosa de
su felicidad.
En realidad, Susanita no entendía demasiado lo de la felicidad del príncipe; el libro de cuentos que le regaló su abuela, lo mostraba como un flaco larguirucho con una coronita muy graciosa que acompañaba todos los momentos de su vida. Siempre aparecía rodeado de sirvientes que no lo dejaban ni siquiera atarse los cordones de los botines plateados; o estaba sentado horas de horas en su trono, atendiendo a emisarios con túnicas y turbantes. Pero no salía a andar en bicicleta, ni a visitar amigos. ¡Qué aburrimiento! Seguro sería medio “bobito”.
Mientras pensaba estas cosas, Susanita
jugaba con un precioso colgante de su mamá.
Se lo había… “pedido prestado en secreto”,
y lo sacó del alhajero para ver relucir la esmeralda al sol, y jugar a la
princesa.
— Este collar le sienta precioso, alteza— se decía arrodillada frente al charco.
Cantaba, bailaba y charlaba sacudiendo el
collar frente a la cara, tironeando, tironeando…
— ¡Que
se le caiga!¡Que se le caiga! — croaba el sapo.
Intuía que era bueno que el collar
se rompiera..
— ¡¡¡Aaaaayyyy!!!
¡Se me rompió!...
Plic, plic, plic, sonó la esmeralda, y se
perdió en el agua.
——
Croac,
croac…
— Cállate,
sapo tonto— gritó Susanita, mientras escarbaba en vano con un palo de la orilla.
Lloraba y se revolvía los
rulos, y hurgaba el barro de la orilla… Pero sólo lograba sacar
yuyos medio podridos.
El sapo sintió que Susanita tenía que
hablarle y pedirle algo. Algo de volver a un castillo. ¡Qué iba a pasar
con su rebaño de moscas y mosquitas, y las sapas que nadaban cerca!
Susanita pensó otra vez en el príncipe
embrujado que sacaba cosas del agua a cambio de un beso. ¡Puajjj!
—¿Qué será peor? pensó— ¿Besarlo, o enfrentar a mamá?
Desde el árbol, se oyeron risas y aplausos. El
sapo saltó a la orilla casi sobre el ruedo del jean de Susanita; en su lengua
pegajosa brillaba la esmeralda, entre dos moscas y cinco mosquitos.
Temblorosa, la chica apretó la nariz con
la izquierda, y con la derecha manoteó la lengua del sapo; la esmeralda
permanecía pegadita entre los bichos.
Desde la fronda, en un rayito de sol, una
voz de mariposa voladora le zumbó en la oreja: «A ver, nena, te ayudo»
Se asentó en su dedo índice y
con su antenita rozó y delineó la boca del sapo y despegó la esmeralda. La joya
refulgió en el césped…
Y entonces...
Susanita, atónita se olvidó de recogerla.
¡No más sapo ni mariposa, sino un príncipe vestido de verde, con botines
plateados, y una princesa vestida de colores y transparencias! Los dos se
besaban con ansias, después de muchos años de embrujo
Y cuando el príncipe y la princesa
respiraron antes de un segundo beso, se inclinaron a recoger la esmeralda y se
la devolvieron a Susanita.
Eso sí, le “tomaron prestada” su
bicicleta, y se alejaron, bien juntitos, por algún sendero del parque.
Moraleja: La
magia de la vida se esconde en los rincones menos promisorios, y hay que tener
entereza (o mucha suerte), para aprovecharla.
Muchas gracias, Beba, por participar con este cuento en el homenaje a Basile y el Pentamerón. Un abrazo y ¡suerte!
ResponderEliminarHola, Beba. Un cuento genial. Me ha parecido sorprendente, divertido y estupendamente escrito. Fantástica también la moraleja. Me ha gustado muchísimo el tono y la forma en que has jugado con todos los elementos del género. Muy buen relato.
ResponderEliminarGracias, Marta por tu lectura y valoración.
EliminarHola Beba, un relato muy agradable con un final feliz y una moraleja buenísima. Me gustó la forma en que lo narraste en dos partes, tiene su pizca de humor, que se agradece mucho. Suerte en el Tintero.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana Piera. Me alegra que te haya gustado.
EliminarHola Beba una historia muy curiosa y divertida. Mucha suerte. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Ainhoa. Un saludó.
EliminarQuerida Beba, creo que este es uno de tus mejores cuentos, y ya es decir! Me ha gustado todo: La forma, el estilo, la mezcla de lenguajes de ayer y hoy, el humor, la historia misma, la moraleja. ¡chapeau! ante la autora. Un gran abrazo
ResponderEliminarMil gracias, amiga. Muy lindo y positivo tu comentario..Un abrazo.
EliminarMe ha gustado mucho tu cuento, porque es muy original! Tanto en la forma de contarlo en dos momentos temporales distintos, cada uno con su estilo! Y también el toque de humor que lo hace divertido y desenfadado! Un abrazo y mucha suerte!
ResponderEliminarMe gustó el cuento.
ResponderEliminarHabrá que esperar que la feliz pareja devuelva la bicicleta pero es un detalle. Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario. Seguro la encontrará a la puerta de su casa, cuando regrese. Un saludo.
Eliminar¡Precioso!... lleno de encanto y humor, super espontáneo y original. Además, te adaptas muy bien al estilo medieval y romántico.
ResponderEliminarAplausos y sonrisas desde mi corazón de niña :)
Que simpático tu cuento rimado Beba y que bien se deja leer. Me ha sacado más de una sonrisa. Dan ganas de verlo representado en un teatrillo, con la voz del narrador muuuy engolada y los actores/actrices con la mano en el pecho y gesticulando mucho, es casi un sainete. Tiene gracia y salero. Me encantó. Gracias por el buen rato, Beba, fue fácil imaginármelo representado en una obra, no estaría nada mal ¿eh?
ResponderEliminarGRACIAS, COMPAÑERÍSIMA. Muy buena tu sugerencia. Voy a buscarme algún energizante,(iícito, por supuesto), y me lanzaré a ello... Confío en tus plegarias. Ja, ja, ja
EliminarUn hermoso cuento Beba, muy divertido, con magia y ritmo, me gustó mucho y disfruté el leerlo, un abrazo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Muchas gracias, Patricia. Me alegra que te haya gustado. Un saludo
EliminarBonito cuento, Beba. Me ha fascinado que la historia empiece en el siglo XIV y se resuelva en el XIX. Un encantamiento casi eterno el de estos príncipes.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Estrella
EliminarMucha suerte para vos, también.
Cierto es que la magia de la vida no está siempre donde la esperas. Bonito cuento.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, José. Donde menos se piensa... Suerte para vos también.
EliminarHola, Beba. Un relato muy simpático, con todos los elementos propios de los cuentos de hadas, y trasladarlo al siglo XIX ha sido una genialidad. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo enorme y mucha suerte en el concurso.
Muchas gracias, Eme. Parece que ambas anduvimos a los saltos: de siglo en siglo, y de vuentoen cuento. Muchas gracias a tantos líbracos de Historia de la Literatura.... Y mil gracias a vos, amiga.
EliminarUn cuento divertido, distinto, con un punto transgresor (me encanta lo de la bicicleta) y muy agradable de leer. Por encima de la pareja hechizada y deshechizada, me atrae esa criatura díscola que "pide prestado en secreto" (una frase que vale más que dos páginas de descripciones).
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encantó tu comentario, tan lleno de detalles, tan empático. Muchas gracias y buena suerte.
EliminarEsas malidicones hay que tomarlas en serio, porque se cumplen y son dificiles de quitar. Por suerte la pareja real encontro una ayuda inesperada
ResponderEliminarSí, José... Ojo con las malas ondas... Je je je. Buena suerte en el Concurso.
Eliminar¡Jaja está Susanita traviesa! Más le vale besar el sapo que enfrentar a su mamá. ¡Qué buena. Vuelta de tuerca le diste, con el príncipe y princesa yéndose en la bicicleta de Susanita.. Muy bien narrada la historia con el antes y el después y las diferencias de tono y lenguaje. Muchas gracias, suerte y saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Myriam. Me gustó tu comentario. Buena suerte para vos.
ResponderEliminarHola Beba. Nunca es tarde si la dicha es buena, y aunque tuvieron que esperar muchos siglos, el hechizo acaba con final feliz. Una lección de amor duradero y sobre todo mucha paciencia por parte de ambos amantes. La aparición de Susanita en el XIX le da un punto tierno e infantil. Ingenioso sentido del humor también, sobre todo el detalle de la bicicleta, que les debió de parecer un artilugio muy modernos a los príncipes. Un abrazo.
ResponderEliminarUn comentario muy preciso; se agradece tu atención.. un saludo, y buena suerte en el tintero.
EliminarLa princesa mariposa ha tenido su aguante. 5 siglos, estaba enamorada hasta las trancas. E
ResponderEliminarÉl, en cambio, con sapa y moscas tenia bastante. No tenia mas remedio que ser bobito.
me gustó mucho el tono para niños , y el dirrigirse directamente al lector, para hacerle participe. Tambien la rima que se adivina en algun momento.
abrazooo y suerte
Un comentario dinámico y divertido Muchas gracias, y buena suerte,, Gabilitante
ResponderEliminarHola, Beba. Muy hermosa la historia en dos tiempos. Tuvo que tener mucha paciencia la mariposa! Un abrazo
ResponderEliminarBeba Pihen
EliminarMuchas gracias, Mirna. Un abrazo. Buena suerte para vos.
EliminarCon rima y todo. Un cuento a dos tiempos donde el amor y el embrujo van de la mano montados en bicicleta. Menuda aventura la de Susanita.
ResponderEliminarAbrazo.
Beba Pihen
EliminarBeba Pihen
EliminarHola, Beba, qué encanto de cuento de hadas, magia y el clásico príncipe convertido en sapo al que hay que cesar para deshacer el hechizo. Todo un homenaje a los cuentos clásicos, añadiendo ese aire moderno con la niña y su bicicleta. Qué logrado ese tono de cuento que te lleva a los relatos orales más que escritos.
ResponderEliminarUn placer leerte, Beba, te deseo suerte en el tintero.
Muchas gracias, María Pilar. Muy analítico y positivo tu comentario. Un abrazo. Buenos augurios para vos..
EliminarMuy bueno Beba, felicitaciones
ResponderEliminarGracias. Lastima no saber tu nombre.
ResponderEliminarHola, Beba. Me ha parecido muy simpático tu cuento y me ha gustado ese paso del tiempo que has hecho a través de los siglos. Y su reflejo en el lenguaje, muy bien traído.
ResponderEliminarSaludos y suerte e1n 1el concurso!!
Muchas gracias por tu comentario. Buenos augurios para tu historia
ResponderEliminarOriginal, genial y muyyy divertido. Me encanta la vuelta que le has dado a una historia clásica. Enhorabuena, Beba, un abrazo!!
ResponderEliminarHola, Beba. Has mezclado muchos ingredientes para tu cuento y el plato te ha salido delicioso. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola Beba! Un fantástico cuento, con geniales toques de humor, narrado en dos tiempos. Mucho tuvieron que esperar el príncipe y la princesa para reencontrarse. Un saludo y suerte en el concurso.
ResponderEliminarHola Beba, un cuento divertido y original, de los que te dejan con una sonrisa final. Mucha suerte . Un abrazo
ResponderEliminarHola, Beba.
ResponderEliminar¡Un cuento muy bueno! Sorprendente, divertido, bien escrito y con la atracción de las dos partes, en diferentes estilos. Me ha gustado el tono general, esa pizca de humor y también la moraleja.
Un abrazo.
Muchas Gracias por tu visita y amable comentario. Buena Suerte.
Eliminar¡Hola estimada Beba!, del siglo diez y seis, al siglo diez y nueve, ¿Cómo lo has hecho? Ni mi imagino si ya el cuento pasa al siglo veinte y uno. Yo te animaba a escribirlo. Muy entretenida tu propuesta. Un abrazo grande
ResponderEliminarMuchas gracias, Eme. Parece que ambas anduvimos a los saltos: de siglo en siglo, y de vuentoen cuento. Muchas gracias a tantos líbracos de Historia de la Literatura.... Y mil gracias a vos, amiga.
ResponderEliminarHola, Beba. Una historia la tuya muy bien contada que literalmente se pliega en el tiempo para su conclusión. La fe y la desesperanza son la cara y la cruz de la moneda del tiempo, pero siempre presentes a la suerte del destino.
ResponderEliminarSaludos y suerte.