Este cuerpo mutilado a merced de los carroñeros, es mi
cuerpo; pero mi corazón que todavía gotea sangre está en su templo, en manos
del Rey y de sus sacerdotes..
“Bartolomé, es llegada tu hora.”
No hace ni una
hora que la selva cerró su cerco asfixiante y me entregó a los mayas.
Te invoqué, Dios mío, con la
ciencia que me hiciste conocer; pero el Demonio les dictó a estos ignorantes,
los profundos secretos de los cielos, y tu proyecto de luces y sombras a través de los siglos.
¡Ah, Dios mío! Yo sé que ahora
viene mi gloria, que es la tuya. Sin duda, mi corazón irradiará tu luz sobre
estas gentes, y un fuego purificador aniquilarà al Demonio.
Aquí, Señor, se cierra el ciclo
de tu mandato; mi rey, Carlos V sabrá que no he defraudado su confianza.
¡Gloria! ¡Hossana! ¡Arrodillaos, infieles1
Pero, ¿qué es esto?.Mi corazón
lleno de escupitajos va rebotando entre los pies del pueblo y cae en un
profundo pozo plagado de bestias rabiosas.
Dios Mío… Confié en que
compartiría tu Pasión y tu Resurrección. ¿Por qué me estás abandonando? ¿Por
qué me eclipsas?
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