domingo, 5 de mayo de 2024

El cuarto estaba vacío (juegos narrativos/ Territorio de Escritores)



1     Avisos de wasap. Cuatro, en total, en dos segundos: tres invitaciones a brindar por el día del amigo. Placenteras. Accionó los emojis de alegría y buena onda.
Ya estaba por borrar el cuarto; demasiados festejos para un solo día.
¿ Un teléfono desconocido?… Lo abrió. ¡Ah, caramba! ¡El cuarto estaba vacío!
Hola, mamá. ¿Cambiaste el número?
¡Ay, sí, querido! ¿Ves cómo estamos controlados por estas tecnologías? ¡No te hizo falta foto, ni clave, para reconocerme!… Hay que andar alerta para cuidar la privacidad…
Sí, mamá. Buena estrategia la de mandar un audio vacío para no exponerte. Je, je.
¡Ay, no! ¡Estos dedos míos! Te invitaba a venir al geriátrico a festejar el Día del Amigo. Te espero y te extraño.
2      Atisbó por la cerradura. Respiró tranquilo. El cuarto estaba vacío; lleno de sol, de muebles, pero vacío. Todo a punto  para hacerse con la fortuna del magnate. Abrió, dio dos pasos en la habitación  y cayó al suelo, entre convulsiones dolorosísimas; una alarma se activó de inmediato, para sumarse a la tortura, mientras que una miríada de lásers venenosos atravesaba su cuerpo.
3      Los vecinos de la “villa” apagaron el incendio; pero ya era tarde. El pobre viejo yacía muerto entre los escombros humeantes de su casilla. Apretaba los cuatro bolsos mugrientos que siempre manipulaba obsesivo, y de los que nunca hablaba;  en realidad, a nadie le importaba demasiado.  
Ahora sí; la tensión del momento avivó la curiosidad. ¡Sorpresa para todos! Aunque el cuarto estaba vacío, los otros tres contenían muchísimos billetes achicharrados y joyas finísimas.


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