Vos podés- me dije.Y me eché a la espalda
todos los proyectos.
Y pinté en mi cara la mejor sonrisa,
y activé mis pies cual si fueran pétalos
sueltos en la brisa.
Delante de mí, se abría la vida.
Me sobraba el tiempo, toda la energía.
Liviana mochila de espuma de sueños
sostuvo mi vuelo,
hasta que en la esquina…
encontré a la gente.
La gente concreta,
la que también sale a volar quimeras;
la que necesita no sólo mi espacio,
también mis oídos,
mis manos, mi aliento.
O queda , de pronto,
desnuda de ideales,
y solo pretende
que la deje quieta, dormida, cansada,
justo en mi camino, tan dulce y liviano
que ya se ha deshecho.
Ya es hora
De echar a la espalda
las piedras más duras,
Las frutas amargas,
Para que cimenten
Este nuevo vuelo que emprendo en la vida,
Con otra mochila: la de la experiencia.
Prudente, serena, activa, paciente.
Tú puedes, me digo, y avanzo sonriendo.
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