(Para Territorio de Escritores- 2016)
Cuando leí “Autorretrato”, corrí a esconderme detrás de mi
armario de paradojas: timidez y audacia; humildad y soberbia…
Finalmente, después de alinear mis chakras, decidí sumarme al reto.
Me autoanalizo mientras busco mis anteojos. En la maceta de
clavelinas, no. En el piano, no. ¿En la heladera? ¡Sííí!… ¡Y también el mate!
Por suerte lo encontré antes de prepararme a cebar.
Bueno. Es normal, a mis agostos, tener la memoria errática;
y este es un rasgo notable de mi retrato.
Aquí va otro: Salgo a la calle con la misma ropa que usé
para arreglar el jardín: bermudas, musculosa y ojotas; y con el mismo
despeinado que maduró en ese proceso; total, voy hasta el almacén de la esquina…
Después, seguramente, omitiré maquillaje
y peluquería antes de ir a una reunión
social.
Me presento: Soy maestra y artista. A lo largo del camino aprendí a leer, a
cantar, a tocar el piano y la guitarra, a escribir literatura. Fui maestra
desde los dieciséis años; me jubilé hace veinticinco; y sigo dando clases en
Centros de Jubilados.
Soy única, como cualquier otro mortal, pero me encanta la complementariedad,
que se va haciendo a fuerza de arriesgarse a “meter la pata” y sacarla sin
salpicarse; en los “gracias” y los
“perdona” que van pasando por la vida.
Ella me ha ido dando mil oportunidades de ser buena persona.
La más importante, mi familia de origen, numerosa, luchadora y disciplinada. La
otra, paradójicamente, el desastre argentino del “Proceso”, que me puso de cara
ante la responsabilidad política y las decisiones personales maduras. Y,
finalmente, mi queridísimo marido, tan diferente y tan indispensable. Hace
cuarenta y dos años formamos nuestra nueva familia. Tenemos tres hijos y dos
nietitos. Realmente, nos amamos.
Creo que soy, ante todo, honesta; le hago mucho caso a mi
conciencia; es lo que me quedó de la estricta religiosidad de mis padres.
Mi aprendizaje y mi enseñanza más valiosos: observar y
esperar mi turno para hablar y enseñar.
Algo lindo y frecuente es este whatsapp: “Abu, cantanos un cuentito
tuyo”.