José Saramago escribió un cuento que se llama "Desquite"; el mismo, integra una antología:"Casi un objeto". Un cuento crudo que enraiza en la dependencia voraz sobre los más débiles. "Desquite" me inspiró este relato-que presento para FanFiction. Lo he centrado en niños desorientados entre las revelaciones sexuales y sus mundos inocentes.
Despreocupados nueve años... Juan estaba aburrido. y jugueteaba con su "pajarito". Era su juguete privado, que se erguía como un resorte imprevisible y lo catapultaba lejos de su vida solitaria, como si fuera una semilla voladora, un "panadero"..
Justo apareció el abuelo, cuchillo en mano. Lo miró con severidad y picardía: “Ojo, m’hijito… Si te lo andás tocando, te lo corto a vos también”. Y se reía a carcajadas con los otros peones"conchabados" para el capado de los cerdos.
“¿A mí también? ¿Como a los chanchitos? …"
Antes de que sonara el chillido angustioso del animal, el chico escapó .hacia el río. Con las manos protegía a su "pajarito".
Se detuvo jadeante en la orilla. Tendido en el barro como un cerdito feliz, recuperó el aliento, y se dejó envolver por el silencio y por su propia presencia casi desnuda. Sus preocupaciones volaron como los guacamayos.
La siesta ardía sobre el río oscuro y burbujeante, cuando vio que pasaba una canoa.
Intuyó a la chica que se asomaba desde la espesura todos los días, con un pájaro azul en el hombro, .
Se lanzó al agua y la alcanzó.
Los remos se mecían en un palmoteo mágico, mientras el río se los llevaba lejos… lejos del chiquero… y del miedo a los chanchos.
—¡Chancho
inmundo!—repicaban muertos de risa, los
remos fugitivos.
Me ha encantado, muy original.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Ángel.
ResponderEliminarPrecioso micro, Beba. Poético y dulce en la forma pese a la dureza de su fondo y un final que deja abierta una puerta a la esperanza. Me ha gustado muchísimo. Felicidades.
ResponderEliminarEl aparente hermetismo de "Desquite" abre la cabeza a las realidades soterradas para que las reconstruyamos. Gracias, Marta.
EliminarVaya, José Saramago, aunque he escuchado mucho sobre este autor, nunca he tenido la oportunidad de "enfrentarme" a sus escritos que son parece fuertes y controversiales.
ResponderEliminarMe haz despertado curiosidad acerca de este libro.
Ahora bien en tu relato hay imagenes poderosas, fuertes y diria yo algunas muy posibles, porbabblemente si hay chiquillos que recibieron ese trato del ambiente de criadores de cerdos.
Das pues una propuesta fuerte y diferente al reto.
Abrazos
Hola, José. Tu tocayo es herméticp para pintar realidades. Y este hermerismo es, paradójicamente, una puerta (o muchas) para la imaginación sobre esas realidades. Muchas gracias.
EliminarHola Beba , muy buen micro , espero que el pobre niño no se aleje
ResponderEliminarmucho del poblado , ya que su abuelo lo tendrá que buscar , te deseo una feliz tarde , saludos de flor.
Gracias, Flor. Se irá con sus sueños y volverá antes de... ¿la cena?.
EliminarHola Beba, me ha encantado tu microrrelato. He leído dos libros de José Saramago y la verdad que él me gusta mucho. El cuento que mencionas no lo conocía. Tu relato además de original es muy agradable de leer. Saludos.
ResponderEliminarHola, Ana: Muchas gracias. "Desquite" es uno de los cuentos incluidos en el libro "Casi un objeto"(Saramago 1978). Simboliza una problemática cultural muy amplia, mucho más que la de mi historia.
EliminarHola, Beba! Gran relato inspirado por otro grande, José Saramago. Me ha gustado mucho por la fuerza y ternura que trasmite. Felicidades. Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias, Mayte. Un abrazo.
EliminarHola, Beba. Tu relato tiene imágenes muy potentes. Pura poesía, podría decirse. Y tu forma de tratar la inocencia dentro del mundo adulto es magistral.
ResponderEliminarMuy buen trabajo. Felicidades.
Muchas gracias, Bruno. Muy honrada con tu comentario.
EliminarHola, Beba. Con Saramago me pasaba algo curioso, se me ocurría una idea para un relato y tiempo después descubría que a él ya se le había ocurrido lo mismo. Así que ya ves que es un autor al que admiro y envidio, je, je, je...
ResponderEliminarUn relato fantástico, con una ambientación rural y costumbrista impecable y que incide en ese tema que nunca entendí por qué era tabú como es la masturbación, seguramente el paso inicial del descubrimiento de la sexualidad, Un abrazo!
Porque te quedas ciego, si abusas; parece mentira que no lo sepas, David. Por eso vino luego el "ensayo sobre la ceguera😜
EliminarSaludos
Hola, David: Gracias por tu lectura y comentario.Acerca de la masturbación, el tabú se origina en la valoración de la castidad, de la virginidad femenina y masculina; de "reservarse" para el matrimonio.Como la letra con sangre entra, la catequesis popularincorpora amenazas para mantener lo mandado: cefuera, esterilidad, anemia, idiocia. En fin: todos los cucos que respetamos porque se nos incalcaban por amor.
EliminarAcerca de Saramago ¡es un escritor tan fertil y original!... se dice que todo esta dicho ya por lo que ni sería raro que coincisiéramos con él. A lo mejor te plagió mientras le buscabas la vuelta a su mensaje. Un avrazo.
Uuuh!! Qué nanera de pifiar las teclas estos deditos... Mil disculpas.
EliminarYo creo que me he perdido algo, porque no entiendo el final, el comentario de los remos. Pero aún así, me gustó el smbiente boculicogranjero, y el perdonaje del abuelo
ResponderEliminarSaludoss
Hola. Gracias. Crei que tienes razón. En realidad lo he buscado en Google, y resulta que las canoas no tienen remos, sino paletas. Estas son independientes del barquito; el que "maneja" la canoa lleva la paleta en su mano. Podría alegar "sentido figurado", pero no vale la pena. Puede que lo cambie, o cree una imagen devolas que aplauden, por ejemplo. Un abrazo.
EliminarHola Beba, reconozco que no he leído a Saramago, sí, ya sé que es un aspecto sacrílego, pero tu relato ha avivado las ganas de empezar a hacerlo. ¡Ya te contaré! Por otro lado, me ha gustado mucho tu relato, tiene ese selo que sabes infundir en tus letras, donde al final todo puede ser posible.
ResponderEliminarMuy buen trabajo.
Un abrazo, Beba!
Gracias, Pepe. No existen los sacrilegios, a menos que uno profese y adhiera a una fe... No creo que se diera por leer o no a Saramago... Lo que no estaría bien es que no me hubieras leído, de modo que te redimo. Gracias.
EliminarHola, Beba. Gran relato! Me encantó. Además es muy tierno.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Mirna. Me alegra que te gustara. Un abrazo.
EliminarHola, Beba. Me ha parecido un relato muy poético y bien ambientado. Con imágenes que te arrastran tras el protagonista. Además escoges una obra, que desconocía, del gran Saramago (qué suerte los que lo disfrutaron en vida en Lanzarote) del que he leído menos de lo que desearía. Me ha gustado tu relato. Buen micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Carles Leo. .
EliminarHola Beba, que original relato, un gusto leerlo. Gracias por compartir. ¡Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarGracias a vos, Mery. Me alegra que te gustara.
ResponderEliminarAunque no conozco el cuento de Saramago y se me escaparán matices, me ha encantado tu microrrelato, Beba.
ResponderEliminarUn abrazo.
Soempre tendrás tiempo para leer a Saramago. No te aflijas. Me has leído y te gustó...¡¡¡Vamos, todavía!!!
EliminarHola, Beba. Yo tampoco he leído a Saramago, pero he de decir que precioso , me ha parecido precioso. Poco mas que decir por mi parte. Saludos y buena semana.
ResponderEliminarHola, Pedro. Muchas gracias.No creo que sea imprescindible haber leído a Saramago... ¡¡¡Me leíste y te gustó!!!Saludos.
EliminarUn cuento muy bello, con su parte pícara al principio y casi poética a final.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo para tí y un saludo para Juan y su pajarito.
Hola,Josep; Muchas gracias por la visita y el comentario. Un abrazo.
EliminarBuenas tardes, muy bonito el relato, hasta llega a sonar muy acogedor, saludos.
ResponderEliminarBuenas tardes. Mychas feacias.
ResponderEliminarPrecioso y bien construido relato sobre un tema tabú que afrontas con elegancia y delicadeza. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y tus conceptos. Un abrazo.
EliminarHola Beba, tu micro me ha parecido de lo más original. Además me ha encantado visualizar todas las imágenes mientras iba leyendo. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Nuria. ME ALEGRA QUE LO D8SFRUTARAS.
ResponderEliminarHola, Beba. La curiosidad infantil es innata y saludable, el pajarito está para ahí para experimentar y casi se lo rebanan, o eso creía. Un bello cuento muy poético. Me ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Isan: Así es. Y cuánto hay debajo de ese miedo a la castración. Muchas gracias por tu visita y cimentario.
EliminarCurioso tu relato. Orlado con la inocencia infantil y su descubrimiento de la sexualidad. Muy bellamente relatado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Francisco. Un abrazo.
EliminarHola Beba, qué manera tan sencilla y fluida de expresar algo tan complicado y delicado de tratar como es la sexualidad, aún en estos tiempos, lo es, pues algo tan natural y hermoso, ha pasado de ser tabú, a desparpajar como vulgaridad, y tampoco está ahí su grandeza y belleza...
ResponderEliminarTu micro la deja ver claro, me ha gustado. Y he recreado ese movimiento de los remos, como una metáfora, del disfrute de la primera relación sexual, ellos (él y la chica), tumbados en la canoa entre caricias, y los remos en movimiento, representado su alegre inocente descubrimiento.
Saramago es un pendiente, tengo su ensayo de la ceguera y el de la lucidez, pero no los he leído, en cambio me gustaría leer "Cuadernos de Lanzarote" y "Las intermitencias de la muerte", por los temas que trata me parecen interesantes.
Un placer leerte Beba, abrazos.
Mil gracias, Harolina por este comentario tan rico y tan certero. Muy honrada por tus elogiosos. Me gustó tu criterio sobre tabúes y "destapes". Un abrazo.
EliminarHola, Beba. Los pobres cerdos no se libraron de su cruel cirugía, pero el niño en su huida descubrió algo que nunca olvidará. Tu forma de narrarlo nos hace sentir como testigos en primera fila de la aventura. Saludos
ResponderEliminarHola, Beba. Me ha gustado como has abordado uno de los tabúes de la sexualidad, y lo has sabido llevar muy bien, desde la inexperiencia e inocencia del protagonista.
ResponderEliminarBuen relato.
Un saludo.