Susana esperaba la señal de la luna para comenzar el
hechizo. La sombra de los altos árboles
del cementerio debía tocar la tumba
de Pedrito. Era la señal de un
ángulo propicio. Entretanto el viento enmarcaba
la Noche de Brujas con nubes oscuras y
quejidos espeluznantes .
Suspendida en su escoba, Susana iba llamando a los
ingredientes para tenerlos en la punta de su vara sarmentosa: cenizas, ojos y
pelos del muerto se iban alzando entre chispas rojas y azules hacia el temible aparatejo.
¿Todo en orden? «Mmm» «¡No!» «¡Ratón!»
«¿Cómo era que se
llamaba a un ratón?».
Se le
alborotaron las crenchas bajo el sombrero picudo; sin el ratón, no podía lograr
que Pedrito se moviera en la tumba; y lo necesitaba; estaba en juego su
graduación espeluznante.
Repasó todos
los conjuros conocidos: “Debajo un botón, ton, ton”, “Los hombres son los ratones y las mujeres el queso”,
“Gato con guantes no caza ratones”. Nada...
Las cenizas, ojos y pelos
castaños del muerto yacían en la vara, y la luna debía de haberse movido casi
lo suficiente; la sombra de los árboles
estaba a pocos centímetros del túmulo... a milímetros, ahora.
Susana se desesperaba;
invocaba a otras brujas, pero cada cual estaba ocupada en sus trabajos en esta
noche tan especial.
De pronto, en un espasmo de
sus neuronas, vibró otro conjuro: “¡Susanita tiene un ratón!”... Pero en lugar de articular el verso ella
continuó la estrofa: “Un ratón chiquitín...”¡Y palmoteó feliz!
Con el rabillo de un ojo
vio asomar el hociquito; pero el ratón no llegó a la punta de la vara; bailoteó
en el aire y se disolvió en la
hojarasca. Con el otro rabillo vio cómo la sombra envolvía la tumba del minino
y avanzaba más allá.
¡Horror! Notó que ella
misma se diluía en el aire, con vara, escoba, y todo, junto a los otros elementos del conjuro. Era el temido castigo del Más Allá, a su tonta
ineficiencia y a su rapto de felicidad.
Las ramas de los árboles
del Zoo Cementerio repartieron los ecos del maullido sobrenatural de Pedrito,
que agradecía su reposo eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario