Reto de Territorio de Escritores
Tan platinada y fría
como una vieja meretriz sin limerencia,
la luna se ha arropado en la penumbra,
cansada, adormilada, casi ciega.…
Con su escalpelo longitudinal, ya el sol revela
las siluetas ocultas de los bosques,
desde el Este pintado de magenta;
y en la brillante honestidad de su rutina,
desde la eternidad profunda,
despierta ruiseñores en la aurora ,
le regala aceitunas al olivo,
y una caricia tibia
a los restos de mármol de un asiento.
Se ha sentado un pastor, con su rebaño;
me saluda y me brinda en la colodra
la tibia leche del reciente ordeñe;
cerca de él van triscando trece ovejas.
«¿Trece son, pastorcito? ¿No te aqueja
la triscaidecafobia de la gente?
«Trece son, sí señor, no tengo miedo.
En verdad, lo que ha dicho no lo entiendo.
Soy rústico pastor; mi corazón está en sosiego.
Y agradezco al contar tantas ovejas
la generosidad de la naturaleza».
No hay comentarios:
Publicar un comentario