sábado, 9 de octubre de 2021

TOPOS EN LA BIBIBLIOTECA DE LOS SUEÑOS

 

 Una batahola estridente pulverizó  el silencio pulcro de la bibiblioteca del abuelo. Y su dueño sonrió benévolo bajo sus bigotazos. «¡Qué podía esperarse de estos chicos! »

A él también lo llamaban Topo. ¡Cuántas horas en esa biblioteca, develando los entresijos de la humanidad! ¡Y cuántas mañas secretas!  

Laura y El Topo invadieron el pasillo de la derecha. Sus patines trazaban surcos dolorosos en el parket.  Gritaban como energúmenos  en la cancha de fútbol.

¡No, no te me vas a escapar, chinita desgraciada!

—¿A que sí, pavote? ¡Topo chicato!¡Topo chicato! 

Y en su risa tintineaba la secreta sabiduría de la adolescencia.

Adolfito, El Topo, era bastante más lindo y astuto  que un topo convencional. Sujetó bien sus anteojazos,  giró sobre sus patines y encaró en diagonal, hacia la izquierda, entre los sillones de cuero, para cortarle camino.

Y alcanzó a su prima…

Mejor dicho, al borde de su melena teñida de fucsia.

La sostuvo, tironeando como si fuera una rienda y la apretó contra su cuerpo.

Y con el envión de los patines aterrizaron sobre una poltrona María Antonieta forrada en raso carmesí.

Los libros meditaban, apretaditos en sus filas estrictas:

«¡Lo que habría disfrutado aquella reina, en su momento! ¡La misma poltrona en la que el circunspecto abuelito leía sus sesudos tomos de filosofía!»

Desde la izquierda, revolotearon una risitas: «¡O se despachaba a gusto con alguna mucama!»

Y entretanto, la reina siglo XXI chillaba y se retorcía… y reía a carcajadas: “No, no, no. ¿Qué hacés? ¡No seás asqueroso!”

Él susurraba;  y revolvía adolescentes intimidades secretas.

Y los dos jadeaban en la pugna ancestral de la pareja humana. Y se relajaban, en la cómoda elegancia del mueble.

Rígidos y oscuros,  los libros  de la derecha manifestaron su indignación ante tamaña grosería. Chispeaban las letras doradas de sus lomos.

Pero los de la estantería izquierda, los de tapas de cartones brillantes y hojas ásperas… ¡Cómo se divertían, los muy pillos con este sainete inesperado!   

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