"Estamos hechos de polvo de estrellas. Somos polvo de estrellas que piensa acerca de las estrellas. Somos el medio para que el Cosmos se conozca a sí mismo.”
—¡Jua, jua, jua! ¡Jua, jua, jua!
Los dioses panzudos bailotean un hula-hula, a menudo que les llegan los ecos de Carl Sagan mezclados con el humo de las guerras y los incendios, y el rugir de las eras que sepultan especies. Quietecito, calmo, el Dios del Amor, prepara velitas y ángeles de la guarda... Y espera...
— ¡Son el medio para que el Cosmos se conozca a sí mismo!¡Jua, jua, jua! ¡Si no pueden conocerse ni reconocerse!…
Y mientras estallan sus carcajadas, y se zangolotean con un cubilete en las manos, las estrellas se descascaran. En la lluvia de desechos viajamos nosotros, los astronautas.
—¡Ahí va otra flota ! ¡Bendiciones para ustedes! ¡Son nuestros hijos! ¡Son poderosos!
El Dios del Amor, sonríe y espera. Él agrega otro componente a los minerales del polvo cósmico; una caricia y una velita.
***
Fuimos hechos en ”un polvo”… Singular, único… Cuando otros dos astronautas mezclaron los ingredientes sin medirlos, ni calcular el resultado. Mientras, los dioses tiraban sus dados y caía más polvo desde las estrellas. En nosotros se encendió la velita; la sonrisa primigenia: la Esperanza.
Solamente, había que mantenerla prendida,
Pero no sabíamos muy bien qué era. Y no la necesitábamos.
Nosotros, los gigantes, los poetas del amor y de los sueños… Nosotros, los genios que timoneamos el devenir desde la ciencia… Nosotros, que decidimos, desde nuestra actitud, la vida en el mundo, estábamos confundidos: no somos Lo Absoluto.
Convivimos con los otros astronautas; los que nos proveían y sostenían...
No nos dimos cuenta de que el resto de la flota, palmeras, dinosaurios, flores, gatitos, piedras, peces, rocas, zanahorias… tampoco eran absolutos.
***
Arden los campos y los bosques; y sucumben las ciudades. El fuego, (o una pandemia, o la depresión, o… ) avanzan sobre nuestras creaciones, y nos tiran del podio.
Y en medio de las ruinas, buscamos la respuesta en las estrellas… desde las que siguen partiendo hacia la nuestra, millones de astronautas imprevisibles: justos y pecadores… ingenuos y atorrantes…marcianos o venusinos…mansos o agresivos... nutritivos o venenosos,
Los dioses siguen de juerga.
En un rinconcito de nuestro corazón, lloramos desesperados, angustiados. El Dios de Amor, El Ingenuo, nos espera hasta que pasa el berrinche Después, ya con la cara lavada, nos prende, otra vez, la lamparita de la Esperanza.
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Hola, Beba. Veo tu entrada como una reflexión sobre la pregunta de las preguntas. Que le vamos a hacer aunque la respuesta no sepamos seguro que esta en las estrellas. Y según como evolucionemos llegaremos comprender lo que aquí hacemos si antes no acabamos haciendo de La Tierra polvo de estrellas.
ResponderEliminarMe parece que al publicar tu entrada has duplicado el texto, no creo que sea un bis. En cualquier caso saludos y suerte. 👽🖖🏼
Hola: Muchas gracias por leer y comentar.No encuentro repeticiones en el texto. Puede que lo hayas leído antes de que yo terminara de editarlo. Y en el corta y pega haya habido algunos dúplex momentáneos. ¿Me las señalas, por las dudas? Gracias.
EliminarHola, era raro porque después del último párrafo me salía debajo todo el texto otra vez. Seria cosa de mi navegador porque ahora esta bien. 👍🏼
ResponderEliminarGracias, amigo. Buenas noches.
ResponderEliminar"Poetas del amor y de los sueños..." Un texto precioso, Beba. Poético y muy reflexivo que pone al ser humano frente a su pequeñez. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias, Marta, por valorar mi texto.
EliminarUn relato filosófico, Beba, contado con lirismo. A veces parece que es cierto eso que dices: "los dioses siguen de juerga". Me ha gustado. Suerte.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen
ResponderEliminar.
El Cosmos es un misterio, y nosotros aqui encerrados, como convidados de piedra impotentes de ir siquiera aqui al lado la Luna.
ResponderEliminarParece jamas sabremos que hay mas alla de nuestra estrella.
Muchas gracias por leer y comentar, José.
ResponderEliminarEscrito como una leyenda de una mitología moderna, con ese Dios escondido empeñado en mantener la esperanza mientras la humanidad se distrae y los ootros dioses juegan a los dados. ¡Polvo de estrellas!
ResponderEliminarMuy bello, Beba. Un abrazo
Hola, amiga. Muchas gracias.
EliminarIgual que una supernova extiende la simiente de futuros mundos y estrellas. Tu relato siembra las semillas y los bulbos de futuras historias de todo aquel que te lea. Me ha gustado la historia. Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias. Me alegra que te gustara.
EliminarHola, Beba. Tu relato es casi una denuncia. El tono lo sentí como un llamado a la reflexión. Muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Mirna. Creo que me salió muy desilusionado. Muchas gracias.
EliminarHola, me parece que tu relato invita a una reflexión profunda sobre lo que somos y porqué y para qué estamos aquí. Angustia un poco el sentirse inerme ante las fuerzas que juegan con nosotros, ante el azar, dioses o como uno quiera llamarles. Me ha gustado. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegra que te gustara.
EliminarAcabo de venir de leer tu soberbio y admirable “alegato” sobre lo que somos la humanidad, polvo de estrella, tan diferente a este que nos ofreces con otro tono más irónico donde los dioses, los extraterrestres, lo que sean que o quiénes sean… se ríen de nosotros, y de las palabras magníficas de la autora.
ResponderEliminarEsta doble vertiente de polvo de estrella, también me ha gustado mucho, amiga Beba. ¡Eres grande!
Interesante y reflexivo. Suerte. Un placer leerte. Saludos
ResponderEliminarMuchas gras, Nuria.
ResponderEliminarHola Beba. A partir de una frase de Carl Sagan, construyes una reflexión sobre lo que somos en el universo, bajándonos del pedestal al que tal vez la humanidad se ha subido. A buen seguro que otras civilizaciones se reirían de nosotros, personificadas en esos dioses arrogantes, aunque también es posible que otros hayan cometido o cometan los mismos errores. Buen texto. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge. Pienso que en todas partes se cuecen habas. Un saludo.
EliminarGracias, Beba, por participar con este relato en el homenaje a HG Wells y La guerra de los mundos. Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarMuchas gracias, David. Un abrazo.
EliminarToda una reflexión sobre la razón de ser de lo humano, cuando lo divino juega a los dados y los dioses amorosos siguen a lo suyo mientras en nuestros mundos reina el caos.
ResponderEliminarAl final del camino quizá nos den alguna explicación sobre el asunto.
Un abrazo.
Hola, Francisco. No creo que nos expliquen nada; la historia dará miles de opciones a nuestros descendientes. Hoy, lo juzgan nuestro corazón y nuestra voluntad.
Eliminar¡Hola, Beba! Muy interesante la reflexión que haces en este relato de corte metafísico. Se trata de un trabajo muy original, ciertamente. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarBuena combinación de poesía y ensayo/filosofía. Felicidades, Beba. Me ha gustado tu relato! Suerte y saludos!
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Muy contenta de que te haya gustado.
EliminarExcelente Beba; con tu cuento corto deslizando espiritualidad y benevolencia a mares, encendiendo esa luz llamado esperanza, ya que sin ella no hay camino posible...Muchos éxitos en el concurso! Un cálido saludo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu interpretación; es reconfortante.
EliminarHola, Beba. Que lenguaje tan dulce para esta especie de ensayo lirico que has construido!. Un texto muy bien construido y que nos invita a reflexionar sobre lo que somos y seremos. Un saludo y mucha suerte.
ResponderEliminarMuy amable tu comentario. Muchas gracias, Pedro.
EliminarHola, Beba. Leí primero tu relato/reflexión de fuera del concurso porque me llamó mucho la atención del título, y ahora veo que este va en consonancia con aquel.
ResponderEliminarMuy buena reflexión, un enlace sobre lo que hemos sido siempre y en lo que seguiremos siendo, polvo y más polvo, y por entre medias, vamos transformándonos en lo que sea, sin que a nadie le importe. Como el otro relato, este, también me ha gustado mucho.
Un abrazo!
Muchas gracias, Pepe.
EliminarHola, Beba. Tu relato no deja indiferente. Pura reflexión punteada con bellas frases, como esas estrellas que se descascaran. ¿De dónde venimos y hacia dónde vamos? ¿Quiénes somos en realidad? Las eternas preguntas jamás resueltas.
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en el concurso. Un abrazo.
Gracias por tus conceptos y reflexiones. UN SALUDO.
EliminarHola, Beba. Me gustó mucho tu relato, con un toque lírico y otro filosófico. ¿Y qué mejor forma de comenzar un cuento de ciencia ficción sino es citando al gran Carl Sagan?
ResponderEliminarSuerte en el concurso. Un saludo.
Me alegra que te gustara, Cynthia. Un saludo.
EliminarHola, Beba. Esto es una reflexión filosófica de calado para releerla con calma (eso haré). El lenguaje, muy sutil y cuidado, pone el broche. Me ha gustado un montón. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Isan, por tu presencia y comentario.
EliminarUn relato cargado de reflexiones profundas que nos invita a detenernos ¡A mirar más allá del Cosmo! Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
ResponderEliminarMuchas gracias, raquel, por tu amable comentario.
EliminarHola Beba, gracias por obsequiarnos este hermoso relato, filosófico, reflexivo, y futurista. Me gustó cómo vas hilvanando las palabras hasta su desenlace.
ResponderEliminarFeliz semana para ti
Mil gracias a vos, Harolina, por tu generoso comentario. Me alegra que te gustara,
ResponderEliminarHola Beba, una dramàtica y más que realista reflexión sobre la humanidad, el cosmos, y nuestro antropocentrismo, y nuestra pequeñez, filosófico y eficaz a la hora de exponer las idea, mezclado con una bonita y poética narrativa. Muy hermosa tu creación, me encantó. Un abrazo, y suerte en el tintero.
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